COMPLICACIONES DE LAS LESIONES MUSCULARES

RECAÍDAS

Dentro de las patologías deportivas, las que con más frecuencia sufren recaídas son las lesiones musculares. La cautela en el alta irá en proporción al deporte, miembro ejecutor y gravedad de la lesión.
Para evitar dichas recaídas no deben olvidarse los cuidados posteriores en las lesiones de mediana a grave intensidad: Evitar sobrecargas innecesarias, masajes de relajación, potenciación muscular, estiramientos adecuados y descanso oportuno son las reglas.
Si las recaídas fueran inexplicables, deberá buscarse patología añadida, fundamentalmente en enfermedades intercurrentes y régimen de vida.

CICATRICES DOLOROSAS Y FIBROSIS CICATRICIAL

En ocasiones una cicatriz puede producir molestias en forma de pequeños pinchazos, dolor distinto al de una recaída. En general el deportista distingue perfectamente el tipo de dolor.
Si ha pasado el tiempo de curación, y se sospecha una fibrosis de la cicatriz, las infiltraciones locales con corticoides y el masaje profundo suelen ser las soluciones.
Las grandes cicatrices indoloras en bíceps femoral, o recto anterior de cuádriceps, aunque existan evidentes signos de hachazo no necesitan ningún tratamiento.

LESIONES CRÓNICAS
Las lesiones crónicas se deben a la mala evolución de las lesiones agudas. Con frecuencia son consecuencia de diagnóstico y tratamiento incorrectos.

HEMATOMAS ENQUISTADOS

En algunas ocasiones, y cuando la rotura afecta a un músculo localizado muy profundamente y no se puede difundir la sangre interfascial al exterior, puede quedar localizada y en casos extremos encapsulada.
La sintomatología clínica será la de no curación de la lesión, y el diagnóstico de certeza será de RMN y la ecografía.
En estos casos la punción evacuadora, bajo control ecográfico, es el tratamiento aunque en ocasiones es difícil si no es muy grande o el hematoma se localiza muy profundo.

CALCIFICACIONES MUSCULARES

Temible complicación que puede tardar varios meses en su curación. Consiste en una calcificación del hematoma postraumático. Localizado casi en exclusiva a nivel del muslo, tiene una historia casi siempre igual: deportista joven en edad de crecimiento, contusión violenta en muslo y masaje precoz y profundo.
Esta calcificación no tiene tratamiento hasta la total osificación, siendo a nuestro entender, la espera y el cese de la sintomatología lo que va a proporcionar la reincorporación al deporte. Posteriormente no hay secuelas, excepto que puedan surgir problemas compresivos a nivel vascular o nervioso.
Las soluciones quirúrgicas están totalmente desaconsejadas hasta la finalización del proceso de osificación, ya que la formación de una nueva calcificación es la regla.